Un retrato es una representación artística de una persona en la que por lo general se destaca su rostro. Busca transmitir la semejanza, personalidad e incluso el estado de ánimo del retratado, en algunos casos con el ánimo de perpetuar su recuerdo. Dependiendo del tipo de arte un retrato puede realizarse a través de la fotografía, la escultura, la pintura, el dibujo o el grabado.

EVOLUCIÓN DEL RETRATO

Los primeros retratos aparecen sobre las monedas de los reyes Persas (Imagen Tetradracma. Alejandro III.jpg + enlace a blog)

En el Renacimiento se redescubren los cánones de belleza del arte griego y la figura humana pasa a ser considerada la obra más perfecta de Dios. El retrato renace como encargo privaddo y grandes atistas como Piero de la Francesca, Boticelli, Tiziano, Leonardo Da Vici y Rafael lo convierten en su tema objetivo.

En los siglos XVII y XVIII el retrato se convierte en un medio para afirmar la autoridad de personalidades de la burguesía que aparecen en retratos lujosamente vestidos y en composiciones que resaltan su privilegiada posición. Los avances en el campo de la psicología en su investigación de la psique y la naturaleza de las sentimientos despierta el interés de los artistas por la fisionomía de las emociones que buscan un lenguaje menos objetivo capaz de representar sólo las sensaciones que perciben de su modelo. Los impresionistas como Monet, Degas o Renoir irrumpen en la escena artística con obras cargadas color y luminosidad alejadas del arte tradicional heredado del Renacimiento y que abrían las puertas al arte moderno.

A principios de siglo XIX los artistas ampliaron los campos de exploración del retrato, liberándolo de las dificultades de la semejanza visual. Henri Matisse simplificó la línea y los colores para darles toda su fuerza expresiva. Pablo Picasso realizó numerosos retratos, de estilo cubista en las que el modelo es apenas reconocible. El arte del retrato en pintura entró en declive a mediados de siglo, seguramente debido al interés creciente por la abstracción y el arte no figurativo. Más recientemente, sin embargo, el retrato ha conocido un renacimiento.

La vida son etapas y a medida que pasamos por ellas cambiamos nuestra forma, nuestra manera de sentir y nuestra personalidad, registros efímeros que sobreviven sólo en nuestra memoria pero que pueden hacerse tangibles en un retrato a carboncillo. 

El carboncillo comparado con la acuarela, el óleo o el acrílico es un medio austero pero esto es por que su lenguaje se basa precisamente en la ausencia de color. Sólo queda el blanco, el negro y la magia con los grises modelan la luz sobre una escena.

Un retrato a carboncillo ejecutado con sensibilidad y maestría puede puede sobrevivr en el tiempo y hablar sobre nosotros como un registro muy personal de nuestras vidas. Su valor no se limita al disfrute de quien lo encarga o es retratado si no que pasa de padres a hijos como un legado preciado e invalorable para las nuevas generaciones.

En mi opinión, no existe ninguna técnica como el carboncillo para retratar a una persona. Aprendí a dibujar con carboncillo y después de todos estos años he regresado a él. Es la técnica con la que más me identifico y consigo expresarme mejor.

El trazo irregular de una barra de carbón deshaciéndose sobre el papel, su naturaleza inestable y cambiante me recuerdan constantemente que estoy representando un instante de la vida de una persona. Creo que mis retratos reflejan inevitablemente ese proceso y lo convierten en obras de caracter intimista.

En épocas pasadas, quienes tenían la posibilidad de encargar un retrato a menudo lo hacían una sola vez en la vida. Se esperaba mucho de un encargo tan especial y por ello ponían gran esmero en la elección del artista. Decididamente hay cosas que nunca deberían cambiar. Hoy en día, cuando practicamente todos podemos permitirnos encargar un retrato, deberíamos considerar este asunto con la misma delicadeza.

Permíteme por tanto compartir contigo mi apreciación personal sobre los tipos de artistas de retrato entre los que debes buscar:

1. Los artistas que se centran en el estilo y una técnica orientada a destacar el lenguaje personal del artista. 

Técnicamente estos artistas tienen mas libertad al hacer sus retratos. No necesitan dominar el dibujo por que lo importante en su trabajo no es el parecido ni la representación fisionómica del individuo sino el lenguaje y su técnica personal.

2. Los artistas que se centran en el dibujo académico como base y construyen sobre él un dibujo orientado a la persona.

Describen sin artificios su fisionomía y lo que esta permite desvelar de su personalidad explorando todas las posibilidades que les ofrece el dibujo como lenguaje de expresión. Los retratos suelen acertar en el parecido y son capaces de narrar historias verosímiles. Yo me considero de esta clase de artistas.